Todos te odiamos!!

29.05.2015 11:26

Resulta que ahora somos todos enemigos de Eugenio Figueredo, todos sabiamos lo que hacia y ha llegado el momento de pegarle en el suelo, algo que es usual en nuestro pais y pienso que en el Mundo.

Como lo vivi en carne propia, transcribo unas reflexiones del pastor Saul Alfredo Guevara:

Un refrán muy sabio, creo que ha igual a muchos, la primera vez que lo escuche fue como un consejo de mis padres, luego de mis maestros en los tiempos de estudiante y ahora de igual manera lo traslado en los diferentes lugares y situaciones que como pastor he tenido que vivir.

Parece que el ser humano es experto en sacar leña del árbol caído o dicho de otra forma, experto en criticar y juzgar los errores ajenos y a la vez pregonar que él lo hubiera hecho mejor o no hubiera cometido los errores que otros cometieron, cuando la realidad es que nunca lo han intentado ni lo intentarán.
Esta actitud pasa en la familia, en la empresa, en las instituciones educativas, en la vida política y en casi todos los aspectos de la vida.
Ante el árbol caído descubrimos corazones muy distintos. El árbol caído está ahí, al alcance de todos. Cualquiera puede llegar para arrancar sus ramas, partir su tronco, usar su leña para el fuego o para las mil posibilidades de la carpintería.
Llama la atención lo que pasa por ejemplo en una institución cuando un compañero o hermano o una autoridad se equivocan. En lugar de ser solidarios y buscar soluciones al problema o sugerir formas de evitar que se repita el error, se ensañan en criticar, en acusar y en manifestar abiertamente que ellos mismos no hubieran cometido tal error, lo cual enrarece el ambiente y afecta la convivencia social y por supuesto, no soluciona ni mejora nada. Parece que es mucho más fácil hacer leña del árbol caído que tumbar el árbol.
Es fácil arrojar piedras sobre quien está caído. Es fácil señalar con el dedo a quien, desde un puesto público, pudo haber tenido un mal momento. Es fácil, sobre todo, inventar acusaciones, promover rumores, sacar a relucir historias del pasado difícilmente comprobables, con tal de destruir la reputación de una persona que resulta incómodo.
Es triste ver a quien se alegra de la derrota ajena. Es triste, sobre todo, ver cómo algunos disfrutan y se ensañan cuando los que caen son gente de valor. La prensa destaca con titulares el escándalo de alguna persona, muchas veces sin comprobar si la noticia es cierta. Escritores famosos o simples lectores preparan cartas llenas de rabia, como quien ha encontrado un signo de victoria, un trofeo que lucir y con el que desacreditar a las personas que no pueden encarar personalmente.
Estas conductas, poco solidarias, no son exclusivas de una institución, en toda disciplina, profesional o no, se dan similares actitudes. El viejo refrán "Hacer leña del árbol caído", desafortunadamente, se mantiene vigente.